¿Sabías que la mitad de lo que ganas en el año se te va en pagar impuestos y la Seguridad Social?
Los cálculos del Think Tank Civismo apuntan a que, de media, los españoles destinan medio año de trabajo a cumplir con el Estado. Mientras 183 días de sueldo van para ellos, 182 se tienen que invertir en pagar a la Seguridad Social, el IRPF, el IVA, los Impuestos Especiales y otras figuras tributarias como las relacionadas con la vivienda o el coche. Los catalanes y los que cobran 40.000 euros anuales son los ciudadanos con menos días libres de cargas fiscales.
La mitad del dinero que ganamos en un año va a parar, de una forma u otra, a las arcas del Estado. Ésta es la cruda realidad que dibuja el grupo de expertos del Think Tank Civismo, que asegura en su último informe que las retribuciones que perciban los ciudadanos en lo que queda de año estarán libres de impuestos y de la Seguridad Social.
Según el último informe que ha publicado el organismo, los españoles destinan, de media, 182 días de trabajo para pagar figuras impositivas como el IRPF, el IVA, los Impuestos Especiales y otros tributos como el IBI o el Impuesto de Circulación, mientras que las 183 jornadas restantes pueden ‘invertirlos’ en lo que ellos quieran.
En concreto, de esos 182 días que trabajamos para el Estado, 102 los empleamos en pagar a la Seguridad Social, que es la partida más importante.
La segunda más destacada es abonar el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), para lo que necesitamos 38 días de trabajo.
El siguiente pago más destacado es el IVA, que se come 25 días de nuestro sueldo anual, seguido de los Impuestos Especiales (como la gasolina), que se lleva otros 11,5 días. Los otros 5,5 días restantes se van en abonar otras figuras impositivas, como puede ser el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o el Impuesto de Circulación.
Un catalán necesita una semana más que un vasco
El estudio reconoce que no todos los ciudadanos tardan los mismos días en cumplir con sus obligaciones. Todo depende de la comunidad autónoma en la que vivan y de su nivel de renta.
Por ejemplo, mientras en La Rioja, Navarra o País Vasco los ciudadanos han empezado a trabajar para sí mismos el 28 de junio, los extremeños, los gallegos y los madrileños son fiscalmente libres desde el 1 de julio; los andaluces, desde el 2 de julio y los catalanes, desde ayer, 5 de julio.
“Para un ciudadano medio, vivir en Cataluña costaría 7 días más de trabajo al año (y 594 euros adicionales) en comparación con Navarra. La razón de esta diferencia se debe a que el Impuesto sobre la Renta y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles en Barcelona están muy por encima de la media. Además, el Impuesto de Circulación y el de Venta Minorista de Hidrocarburos también son más elevados. En cambio, en las tres comunidades del norte los contribuyentes se ahorran unos 200 euros al año en impuestos”, explica el estudio.
Las rentas de 40.000 euros, las únicas que aún están pagando
La región en la que residimos no es el único factor que condiciona cuántos días de trabajo necesitamos destinar a pagar impuestos y cumplir con la Seguridad Social: la renta que percibimos también marca la diferencia.
Por ejemplo, un ciudadano que cobre unos 15.500 euros brutos al año empieza a trabajar para sí mismo el 8 de junio, un mes antes que otro que gane 40.000 euros anuales (su Día de la Liberación Fiscal es mañana, 7 de julio).
De hecho, las rentas medias son las que salen peor paradas en el ranking. Y es que, como asegura el estudio, aquellos que ganan 100.000 euros brutos terminan de pagar al Estado el 1 de julio, el mismo día que una renta de 24.400 euros y seis jornadas antes que la de 40.000 euros.
¿Y cómo es posible que se produzca este escenario? La respuesta es sencilla: las cotizaciones a la Seguridad Social no cuentan con un tipo progresivo como el IRPF, sino que están sujetas a un tipo único.
“No se realizan deducciones por el nivel de renta y las cotizaciones a su vez tienen un máximo: las rentas que sobrepasan los 3.603 euros mensuales brutos (unos 43.272 euros brutos anuales) únicamente pagan hasta ese nivel, de forma que ningún contribuyente puede cotizar más de 15.686 euros anuales a la Seguridad Social. En consecuencia, las rentas más elevadas se ven beneficiadas por este sistema”, concluye el informe.