Los Errores Comunes de todo Emprendedor
1- No definen qué significa éxito para su proyecto o negocio
Independientemente de los objetivos que ya hayan en tu empresa, organización, jefe, socio, amigos, familia, pareja… necesitas definir qué es exactamente el éxito para ti en el proyecto que estás emprendiendo (qué, cuanto, cuando, como…).
Para algunos puede ser hacer mucho dinero, para otros no tener que trabajar más como empleado, o simplemente la vía para expresar su pasión, aprender y crecer. El mismo proyecto o negocio, puede significar distintos objetivos para distintas personas. Tú necesitas definir el tuyo.
La sociedad, la familia y los amigos tratarán siempre de aclararte y definirte lo que el éxito debe ser para ti. El gran error que puedes cometer es vivir tu vida para cumplir las expectativas de otros y así lograr su aprobación. Escucha a todo el mundo, pero toma tus propias decisiones, vive tu propia vida, no la de otros… y viceversa, claro.
2- No definen cuales oportunidades van a dejar pasar
Definir lo que significa éxito para tu proyecto te llevará a decir “no” a muchas cosas, para poder decir “sí” a otras.
A medida que tu proyecto crece, aparecerán múltiples oportunidades. El error es pensar que no se puede dejar pasar ninguna ocasión, sea cual sea.
Si nos paramos a pensar y darle vueltas a “todo”, esta constante activación nos traerá desenfoque, ineficiencia y desgaste.
Hay que centrarse en cosas concretas y movernos entre lo que mejor sepamos hacer y cosas afines. No podemos hacer bien todo, no podemos disparar a todo lo que se mueva, no podemos descentrarnos de nuestro objetivo principal…
3- No se mueven más allá de la familia y amigos
Hay quienes comienzan su proyecto, y su familia y amigos les apoyan al principio comprando su producto o servicio, al acabarse o reducirse la aportación de la familia y de los amigos sus negocios comienzan a caer, se desmotivan y renuncian.
Necesitas ver tu proyecto o negocio mucho más allá. Si ellos te apoyan al principio, magnífico. Si no te apoyan, magnífico también. No dependas de tu familia y amigos para el éxito de tu proyecto. Utiliza su apoyo inicial para aprender, pedir feedback, practicar… pero no para sostener tu negocio.
4- Son en extremo optimistas o pesimistas (ciegamente manejados por sus sueños o completamente dominados por sus miedos)
Ser optimista es magnífico. Ver el futuro con entusiasmo es una cualidad que necesitamos desarrollar. Pero si ese optimismo se exagera, cegamos nuestro pensamiento realista y comienzan los problemas.
Por otro lado, estar completamente dominado por nuestros miedos nos paraliza y no nos permite progresar. Estar constantemente pensando en todo lo malo que puede pasar sólo sirve para hacer realidad nuestros más fuertes temores, provocando que ocurra aquello que tanto temíamos.
Un buen emprendedor es una persona optimista y realista a la vez, que entiende que si no funciona el plan A, hay que aprender y estar preparado para otros planes alternativos y mejorados.
5- No entienden que el fracaso, las luchas y las caídas son parte fundamental del proceso.
Los emprendedores sin éxito ven las barreras, las caídas y los fracasos como confirmaciones de que estaban equivocados, de que no son capaces o de que no era para ellos.
Los emprendedores buenos tienen claro que se necesita pasar por las caídas, barreras, obstáculos, luchas… para evolucionar, aprender, desarrollar su carácter y experiencia. Son la mejor escuela.
6- Están convencidos de su modelo de éxito inicial y no evolucionan
Como emprendedores necesitamos entender que lo que tuvo éxito en un momento no necesariamente funcionará para siempre. Los modelos de éxito están cambiando constantemente porque las personas, la tecnología, la cultura… están cambiando continuamente.
No hay que cambiar los procesos y estrategias semanalmente, pero sí es importante que cada día vuelvas a entender a tus clientes y sus cambios emocionales, para adaptar tu producto, servicio o modelo de negocio a lo que vayan demandando.
7- Quieren hacerlo todo
Normalmente comenzamos nuestros proyectos o negocios solos, y al principio uno mismo necesita hacerlo todo, pero con el tiempo podemos caer en el error de querer seguir haciéndolo todo nosotros y podemos frenar nuestro crecimiento.
Tienes que tener claro en qué área es donde realmente eres bueno y agregas valor y, en el momento correcto, traer a otras personas, servicios o tecnologías que manejen las actividades que no necesitan de ti.
Ésta decisión te liberará, y podrás hacer más en lo que sea lo mejor para el negocio y así crecer a nuevos y mejores niveles.
Texto adaptado por Salvador Sanchis