Les acostumbraste mal
“Dedicado a tod@s los que dan todo, incluso aunque no se lo pidas, en especial a LAS MADRES, esas que reinan en el amor incondicional.
Dedicado también a los que estamos al otro lado, tan acostumbrados a que nos mimen, sin pensar en el esfuerzo de quienes lo hacen”
Les acostumbraste mal
Roy Galán
Yo voy,
yo te lo miro,
yo te lo busco,
yo te escucho,
yo te lo llevo,
yo te lo traigo,
yo te espero,
yo te lo hago,
yo duermo aquí,
yo te llamo,
yo te lo compro,
yo te lo regalo,
yo salgo, yo te calmo,
yo te lo soluciono,
yo te lo explico,
yo te lo recuerdo,
yo te lo presto,
yo te lo repongo,
yo te consuelo,
yo puedo
yo te animo.
Das y das y vuelves a dar.
Como los peces en el río.
Na(dando) contracorriente.
Proporcionando tantísimo que desapareces.
Que hace imposible que el resto te corresponda.
Tal vez por eso mismo: por miedo a que lo hagan.
Porque crees que tú no te mereces nada.
Pero la balanza está descompensada, claro que lo está.
Y un día llega el agotamiento.
Te sientes mal.
Claro que sí. ¿Cómo no ibas a estarlo?
Si no recibes.
Y entonces, un día, empiezas a retirarte.
Dejas de dar sin medida.
Y el resto se extraña: Ay, has cambiado.
Siempre has dado tanto que ha sido imposible que el resto te correspondiera.
Ay, siento que la balanza está descompensada. Me siento mal.
Claro que te sientes mal. ¿Cómo no vas a sentirte mal?
Entonces te retiras y el otro no da.
Ay, has cambiado.
Claro que has cambiado.
Ya no haces lo que yo necesito que hagas.
Acostumbraste al resto a sentir que exigirte era lo normal.
Y ahora que no das lo que te exigen, desaparecen.
Dicen que hay que poner límites a aquellos que se supone que te quieren.
Yo digo que si alguien te quiere no debería extralimitarse.
Nunca has estado más solo que cuando empezaste a hacer lo que querías.
Cuando aprendiste que el amor no pasa por complacer.
Que el amor no es hacer sentir bien al otro.
Es darte valor.