El estrés de la crisis, controlarlo para salir favorecido
Si con lo que está realmente lloviendo no fuera ya suficiente, la información y la forma en que nos la trasladan los medios de comunicación nos agobian más que nos informan, el inexplicable ejemplo de nuestros políticos de cualquier signo nos deprime más que nos anima, nos enfrentan más que nos unen, y también nuestra permisiva aceptación de sus actitudes no hace más que agravar una crisis que no tenía que haber sido tan importante.
Y en este entorno es donde debemos dar lo mejor de nosotros mismos, para que la tormenta nos afecte lo menos posible, tenemos que ser dueños de nuestro estado de ánimo, estar en calma interior y no permitir que el miedo nos paralice la vida y nuestro trabajo.
Y para ello, ahí van algunos consejos:
Controla el miedo, porque el miedo a todo o a nada nos paraliza y no nos deja ver las soluciones.
Piensa siempre en positivo, porque el pensamiento emocional mueve la energía, y atrae hechos, personas y prosperidad (o infortunios) a nuestra vida.
Controla tu estrés, que sea tu voluntad la que gobierne tu persona, no dejes el control de tu vida en manos de tus nervios.
Habla de tus sensaciones (fuera del horario de trabajo claro) con gente como tú, intercambia ideas de cómo controlar el estrés, la voluntad, la vida…
Déjate guiar por los que saben más, no por los que hablen más, ellos te ayudarán a ver donde los demás solo miran y no ven nada.
Ten una voluntad de hierro. Luchar no es siempre la respuesta, a veces hay que resistir y esperar el momento adecuado para ganar.
Sé consciente de las limitaciones que tú mismo te impones, de las mentiras que te cuentas y te crees, de tus creencias irracionales o equivocadas, de lo que te cuentan los demás de ti. Piensa, decide y actúa sabiamente y por ti mismo.
Si nos pasan cosas que no nos gustan hay que cambiar las cosas que hacemos, comprobar los patrones de fracaso que se repiten, y entonces tomar decisiones que nos lleven a los propósitos que queremos conseguir.
Las decisiones que tomamos hoy van configurando nuestro futuro. Estate pendiente de ellas, que no sean inconscientes, controla lo que piensas y decides.
No te alarmen y te paralicen los errores que cometas, porque son tu gran maestro. Cuando los cometas, acéptalos y piensa lo que puedes aprender de ellos.
No veas las cosas solo desde tu perspectiva. Fíjate también en la de los demás.
Cada uno tenemos nuestros roles, nuestras habilidades… Son los más capaces los que lideran los cambios. Si te sientes capaz, adelante, pero si no es así apoya abiertamente a los que luchan por los cambios en que tú crees.