5 Estrategias para Liderar cuando no eres el Líder de la Organización
¿Cómo hago para liderar cuando no soy el jefe o el líder de la organización?
No soy el líder, no soy el jefe. Sin embargo, se requiere que lidere de todas formas.
Necesitamos aprender no sólo a liderar a nuestros compañeros y superiores, sino también a nosotros mismos.
1- No esperes a que te lideren, lidérate a ti mismo:
Los mejores líderes no esperan que les digan qué hacer, ellos buscan activamente fuentes de aprendizaje e invierten en ellos mismos.
En vez de esperar que venga alguien y sea tu líder, busca tú seguir proactivamente a alguien al cual admiras y respetas.
2- Mantén siempre una Actitud Positiva
Es importante entender que tener una actitud positiva es una estrategia de liderazgo.
Cuando tienes una actitud positiva las personas quieren estar cerca de ti. Muchas veces lo mejor que le puedes dar a la organización es tu actitud positiva y tu energía.
Existirán momentos donde un superior te dará dirección y tomará una decisión que tú necesitas ejecutar. En ese momento puedes decidir si una actitud negativa hace que la decisión sea un fracaso o una actitud positiva hace que la ejecución de la decisión sea exitosa. Al final está en tus manos.
3- Desarrolla Pensamiento Crítico
Tener pensamiento crítico significa pasarse el interruptor de “empleado” a “dueño”. Es ver las cosas desde la perspectiva del dueño.
Por darte un ejemplo, una persona con mentalidad de “dueño” si ve una basura en el suelo, la recoge y la tira. Por el contrario, una persona con mentalidad de “empleado” se pregunta ¿Cuándo vendrán a recoger esta basura? y le pasa de largo.
Las personas con mentalidad de “empleado” sólo se enfocan en lo que es su responsabilidad y nada más, mientras que las personas con mentalidad de “dueño” entienden que son parte de una organización mayor y dan más de lo que se espera de ellas.
Tener un pensamiento crítico es mantener un enfoque constante en cómo podemos mejorar situaciones a nuestro alrededor, inclusive las que no están bajo nuestra responsabilidad.
4- Rechaza la Pasividad
En la mayoría de las organizaciones uno depende de otras personas, departamentos o divisiones para hacer nuestro trabajo bien. La realidad es que no todo el mundo responde de la manera esperada en el tiempo esperado.
Rechazar la pasividad significa que no puedes vivir tu vida esperando que las demás personas, organizaciones o divisiones hagan lo que tienen que hacer bien para que tú puedas hacer tu trabajo bien. Sino por el contrario, rechazar la pasividad es convertirte en un individuo proactivo, que no espera o depende de los demás para hacer su trabajo con excelencia.
Muchas veces rechazar la pasividad significará salir fuera de tu área de responsabilidad y darle una mano a otra persona para asegurar que el producto final sea exitoso.
Algo interesante es que los grandes líderes siempre le dan sus proyectos más importantes a las personas ocupadas, por ello, mientras más hagas lo que tienes que hacer y mientras más ayudes a otros, desarrollarás una imagen de un individuo proactivo, colaborador y ocupado; lo cual te llevará eventualmente a manejar los proyectos más importantes de tus superiores.
5- Desarrolla Experticia
Experticia es uno de los pilares más poderosos del liderazgo. Si te esfuerzas en comprender tu rol, tu empresa, tus procesos, etc. con excelencia, las personas naturalmente vendrán a ti para pedir tu opinión y consejo.
Cuando las personas vienen a ti por consejo, quiere decir que estás influyendo en ellas, lo cual es sinónimo de liderazgo.
Independientemente de cuál sea tu posición en tu negocio, proyecto o empleo, enfócate en convertirte en el mejor experto de tu área. Conoce a tus clientes, sus necesidades y barreras. Conoce a tus competidores. Conoce tu mercado. Conoce tu función, tu empresa y su historia. Conviértete en la enciclopedia andante de lo que se te ha encargado. Así, crecerá tu influencia sobre la organización, aunque no seas el líder o el jefe.